En algo se pusieron de acuerdo todos los diputados y diputadas santafesinas: darle dictamen al proyecto para fortalecer la Justicia Federal en Santa Fe en tiempos calientes que requieren ni dilatar ni chapucear. Más investigación y persecución penal para el delito de narcotráfico, y que no todo recaiga en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) que hace malabares para encuadrar a las bandas criminales en la justicia ordinaria. En buena hora, mejor tarde que nunca, u otra frase por el estilo podría encajar, pero la discusión fue el telón de fondo de una disputa política. 

De acordar a la armonía, hay un largo trecho. Quedó en evidencia que el dictamen del proyecto de la justicia federal fue el último bastión de acuerdo previo a la campaña electoral. El martes se aprobará y, seguramente, se pondrá punto final al consenso legislativo en cuestiones de fondo. 

En la comisión los ánimos se calentaron a más no poder. El diputado Marcos Cleri acusó al socialismo de haber permitido el avance del narcotráfico “cuando se retiró de los barrios”. “La responsabilidad es de los que gobernaron Santa Fe y tuvieron la conducción de la policía. ¿Y ahora buscan responsabilidad en otro lado?". Enrique Estévez crispó, lo trató de cínico y mentiroso, y se la devolvió: el proyecto busca suplir “la inacción” de la presidenta del Senado, Cristina Fernández, que no convoca a la comisión bicameral para aplicar el nuevo sistema penal federal. Grieta on fire.

En Santa Fe también se manejan en el límite entre el consenso y el filo de la disputa política. Acordemos pero... El gobernador Omar Perotti pegó un volantazo y eligió a dos mujeres que no estaban en el primer orden para la fiscalía general y de Rosario del Ministerio Público de la Acusación (MPA). Así logró encaminar el concurso y probablemente hay acuerdo y punto final. Perotti se evita una tormenta política en sus últimos nueve meses, presiones, u obligadas defensas sin demasiada espalda. La oposición se quedó con la servilleta y los cubiertos en la mano. 

Por otro lado, se busca de renovar la Ley de Emergencia con el fin de ampliar los recursos para combatir el delito y el narcotráfico en la provincia. Está discutido, se pisa, pero parece que habrá acuerdo. Otro tema más en el que la dirigencia se dio cuenta que no tiene margen para distender. 

La oposición, por ahora, no tiene enemigo para construir ante un peronismo que no define candidatos y una gestión que está transitando su etapa final. De nuevo, ¿Cuántas intenciones tiene el oficialismo de subirse al ring? La arena política santafesina se mete en la previa al cierre de listas, una etapa interna salvaje que se mantendrá hasta las PASO, para luego sí disparar al lado de enfrente. Probablemente, allí sí, con el drama de la inseguridad en la mano. El consenso de los proyectos sobre seguridad y justicia fueron sólo un bálsamo.