El personal local de Aguas Santafesinas no cesa en su labor diaria para resolver el desborde cloacal que se produjo en noviembre pasado en la boca de registro ubicada en bulevar Villada y 9 de Julio. Aquella semana, el problema lo sufrieron los vecinos del barrio UOM y hubo que colocar mangueras para desviar el agua servida hacia el zanjón. De todas formas, esa fue una solución provisoria.

Según detallaron los informantes de la empresa, la cañería colectora de ese sector perdió su capacidad de conducción por la gran cantidad de agua que cayo en poco tiempo. Lo que obligó a desviar los líquidos, momentáneamente, a un canal a cielo abierto. En ese sentido, se aclaró que hubo agregados de cal y, posteriormente, se lo trasladó en forma de lodos a la planta depuradora. De esa manera, se evitó la contaminación del medio ambiente.

Mientras tanto, para tener una resolución definitiva, se sigue con la renovación de la segunda cloaca máxima que tiene la ciudad, tarea que comenzó en el mes de septiembre y que se sigue proyectando en este 2019. La inversión total de esa obra rondará los 22 millones de pesos. No sólo significará la ampliación de la capacidad, sino que busca eliminar los hundimientos de calzadas.

Solamente en el 2018, ASSA cambió más de dos kilómetros de cañerías cloacales en diferentes sectores de Casilda. La red nutre a unos 35 mil vecinos en todo el radio urbano.