Como cada año, el Centro de Economía Política Argentina -CEPA- genera estadísticas respecto de las preocupantes diferencias que siguen existiendo entre hombres y mujeres para acceder al mercado laboral. A 114 años del incendio en la fábrica Cotton de Nueva York que provocó la muerta de decenas de trabajadoras que pedían igualdad de derechos, todavía quedan muchos puntos por los cuales luchar.

El Observatorio de Género del CEPA recogió cifras a nivel mundial que dejan de manifiesto que la transformación de la realidad todavía está bastante ficcionada. Dese la irrupción de la pandemia, algunas brechas sólo se han acrecentado.

Por ejemplo, se da cuenta que la tasa de actividad laboral de las mujeres está 20 puntos más abajo que en varones. En tanto que la tasa de informalidad supera en 5 puntos a la de los hombres. En tanto que la desocupación se mantiene 1,3 puntos por encima. Los datos están basado siempre en referencia a los últimos trimestres de cada año.

Actualmente, el 36% de las mujeres que trabajan no tienen un empleo formal, es decir no están registradas. Tendencia que es mucho menos común en varones (30,6%). Para colmo, si se consideran los dos anteriores años, esa brecha se abrió demasiado. Ya que en 2019 se había acortado a 1,8% y en 2020 fue de 0,9%.

Por otra parta está la brecha salarial entre mujeres y varones. Que si bien ha tenido fluctuaciones y amagó con "limarse" de a poco, continúa en el orden del 25% para las ocupaciones principales. 

Esos números tienen mayor relevancia si se hace un comparativa entre los pagos que se reciben por trabajo informal y quienes están registrados y registradas. La diferencia se disparó con respecto al 2020. Mientras en el trabajo regulado hubo una diferencia de salarios que pasó del 19,2 al 19,6%, en el mercado "en negro" se paspo de una distancia del 30,2 al 38,2%.

Gráficos: CEPA - Twitter @Juli_Strada