En Santa Fe se generó un importante conflicto por el fallo de juez federal que prohibió la pesca deportiva y comercial por el plazo de tres meses en el Río Paraná. La orden obedece a la bajante histórica del mayor humedal del Litoral y se contrapone a los intereses de los pequeños comerciantes costeros. Sin embargo, según los que entienden la materia, es necesario para preservación del recurso natural.

Radio Casilda consultó a Adrián Beltrame, presidente de la Asociación Civil Casildense de Pesca y Conservación. “Los pescadores comerciales se creen que el recurso natural es infinito. Se piensan que se puede extraer sin límites ni controles”, enfatizó el entrevistado. Y advirtió que la fauna ictícola del delta ya disminuyó en un 50% según muchos biólogos que analizaron dicho hábitat.

Para entender como se llegó a este punto, Beltrame hizo un repaso histórico pero necesario. Todo comenzó hacia finales del 2018, donde ya se advertía una bajante. Al año siguiente se pudo desarrollar la actividad con relativa normalidad, aunque la faltante de agua ya era noticia. Con promedios de altura que no llegaban a los dos metros. 

Entre mayo y junio del 2020 se llegó a un piso extremo. Con una marca de la cual no se tenía registro desde hace más de 70 años. "La medición más baja fue de 44 centímetros. Actualmente el promedio es de alrededor de un metro. Cuando lo normal debería ser de tres metros y medio", detalló el casildense. 

Mientras Santa Fe durmió en los laureles y perdió el tiempo en discusiones absurdas, otras provincias prohibieron la pesca en el segundo semestre del año pasado. Entre ellas, Chaco, Corrientes, Misiones y, más tarde, Entre Ríos. Todas ellas lograron detener en alguna medida la sangría. 

En la bota, el proyecto para la veda pasó por diputados y obtuvo media sanción. Pero nunca se trató en senadores. Para colmo, las quemas que se dieron más adelante opacaron el tema y lo dejaron en un segundo plano.

Son los peces los que mantienen a los pescadores. Y no al revés. Eso es lo que no entienden desde quienes deben tomar las decisiones”, referenció Beltrame. Aunque en ese punto admitió que hay mucha presión de los empresas frigoríficas. Que han colaborado al empobrecimiento del sector pesquero, sin hacer aportes a la cadena de producción y exportando en dólares. 

El representante de ACAPESCO reveló que en 2009 fue parte de quienes impulsaron la promulgación de la Ley 12212. Normativa que regiría los destinos de pesca y reglamentación. Incluso imponiendo vedas durante las épocas de reproducción. ¿Y qué sucedió? Nunca se sancionó, ni se discutió. Aun cuando países limítrofes la han tomado como base.