Lo que se busca para complementar una alimentación saludable y un buen descanso -porque no es lo mismo dormir que descansar-, para tener una vida saludable, es la realización de ejercicios, la posibilidad de realizar actividad física.

Posiblemente seas consciente de que realizar ejercicio físico es importantes para no aumentar de peso, lo cual es cierto, pero quizás no estés valorando otros beneficios que son aún más importantes y complementarios.

Entre ellos encontramos: mantener el peso adecuado y reducirlo cuando es necesario; aumentar la capacidad para el trabajo físico y mental; tonificar músculos y las articulaciones, aumentando la fuerza, mejora la movilidad y flexibilidad de las articulaciones.

Mantenimiento o incremento de la densidad ósea -huesos más fuertes-, fundamental en mujeres menopáusicas y en personas con osteopenia u osteoporosis: reducir la sensación de cansancio y fatiga, aunque parezca una paradoja.

Mejor rendimiento físico ante esfuerzos; prevenir enfermedades del sistema cardiovascular ya que reduce la presión arterial, favorece el retorno venoso, reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol bueno -HDL-.

Siguiendo con los beneficios, podemos agregar: permite evitar el estreñimiento al regular la frecuencia evacuatoria por aumentar la motilidad intestinal; regular el nivel de glucosa en sangre y mejorar la resistencia de la insulina; ayudar a relajarnos y a mejorar la capacidad de conciliar el sueño.

Equilibrar la psiquis ya que combate la ansiedad, depresión y el estrés y reduce el aislamiento social; reduce el hábito de fumar ya que quien hace deporte no suele fumar o deja de fumar más fácilmente que quien no lo hace, lo que puede ser un beneficio extra.

Además, ayuda a evitar el aburrimiento y el picoteo entre comidas; en las mujeres embarazadas favorece la oxigenación del bebé. Siempre con los cuidados necesarios, es bueno tener en cuenta la importancia de los puntos mencionados.

Es fundamental llevar una vida activa, lo que puede traducirse en moverse todo lo posible en la actividad cotidiana y realizar 30 minutos de actividad física diaria o al menos 3 veces por semana una hora de la misma.

Hay que tener en cuenta que las calorías que se queman durante la actividad física son limitadas, por lo que esto no significa que si caminas diariamente y vas regularmente al gimnasio, tenés "barra libre".

El gasto energético consecuencia de realizar actividad física va a depender de la duración del ejercicio, de la intensidad del mismo y de la constitución de la persona. De igual modo, no pierdas de vista el hecho de la hidratación, ya que es fundamental a la hora de llevar adelante un esfuerzo físico.