El beneficio es otorgado por el Pami a aquellos adultos mayores de 65 años que no cuentan con un ingreso que alcance para cubrir los gastos de vivienda, vestimenta y alimentación. De todas formas, la documentación presentada debe ser aprobada por el rigor de la obra social. En Casilda, son más de 350 las personas que reciben los bolsones de mercadería y hay unos 50 en lista de espera.

Según detalló Antonio Luraschi, presidente del Centro de Jubilados y Pensionados, los últimos meses llegaron alrededor de 384 bolsones para ser entregados. La tendencia ha ido en un franco aumento ya que cinco años atrás, el número apenas superaba los 200 abuelos. 

"Existen distintas categorías dependiendo de la necesidad, pero eso es una decisión estricta de Pami. Lo nuestro es solamente como forma de distribución. Cuando hay casos de actualización de haberes o reparaciones históricas, se quita a esos beneficiarios de la lista e ingresan quienes están en lista de espera", amplió el mandamás.

El próximo 22 de septiembre el centro local cumplirá 45 años de existencia y prepara un gran festejo. Mientras tanto recuerda una lucha que no quieren abandonar. En ese sentido, Luraschi contó que este tipo de asociaciones nacieron a partir e la irrupción de Pami y había una organización conjunta de las finanzas. Desde la intervención que sufrió la prestadora, los ancianos fueron dejados de lado. "Queremos volver a ocupar el lugar que teníamos. Es lo único que nos aseguraría tener un control más estricto de como se gasta el dinero en esa institución", enfatizó.