En la Asociación Rosarina de Básquet lo más constante es el cambio. En cada período, los directivos buscan un formato que resulte atractivo y que motive a una competencia que le brinde mayor jerarquía a un certamen que no es tan convocante como supo serlo.

La última variante aplicada fue la de dividir la primera categoría en dos zonas según el rendimiento deportivo. De un lado quedó lo que se denominó como Superliga y del otro, la A2, donde compite Alumni.

Cuando el Alazán perdió la categoría, pasó un par de temporadas en la Primera B hasta que le ganó una disputada final a Newell's Old Boys y regresó a Primera aunque para jugar en A2. Luchó por dos ascensos a Superliga, pero en los últimos dos cuadrangulares, quedó en la puerta.

Ahora vive una realidad diferente. En esta temporada busca evitar el descenso a la Primera B dado que a excepción de Atlantic, que sólo ganó un partido, el elenco casildense hoy por hoy pugna por dejar la otra plaza que caería en desgracia, junto a G.E.R y Rosario Central. Los tres ostentan un record de 3-6, pero tal vez no deban preocuparse demasiado.

La Asociación Rosarina realizó el martes una reunión con los delegados de los clubes y una de las ideas que surgió fue que tanto la Superliga como la A2 pasen a tener 12 equipos. La A2 conservará sus dos ascenso, aunque si se aplica esta iniciativa el tercero y el cuarto jugarán una Promoción con los que ocupen el puesto 9 y 10 de la Superliga. No hay descenso directos, pero pueden consumarse si es que los dos últimos de Superliga pierden, con el tercero y cuarto de la A2. Lo mismo se replica hacia abajo. Pasando en limpio y observando la tabla actual, Alumni -9º de A2- no desciende directamente sino que podría jugar repechajes con el 10º -Atlantic- y Saladillo y Timbúes, tercero y cuarto, de la B.

 

Dentro dos semanas puede volver a haber novedades. Si los titulares de la Rosarina encuentran voluntades entre los delegados de los clubes, los cambios se hacen efectivos y volverán los torneos largos de febrero a noviembre.