Los pasajeros de un colectivo de la empresa Santafesina, que viajaban desde Rosario a la ciudad de Casilda, fueron sorprendidos el miércoles por la tarde en un hecho de inseguridad repetido. Autores ignorados arrojaron un piedrazo a una de las ventanillas y el cristal se terminó desgranando. Afortunadamente no hubo heridos.

El hecho no es aislado, ya que el pasado 13 de marzo, pasó lo mismo con un ómnibus de la 33/9 que circulaba en la misma dirección. En esa oportunidad, la rotura del cristal se dio en el trayecto que une las localidades de Pérez y Zavalla. Esta vez ocurrió entre Zavalla y Pujato. 

El colectivero tuvo que hacer maniobras de riesgo para mantener el vehículo sobre la cinta asfáltica y continuó su marcha por protocolo. Luego se detuvo en la zona urbana de Pujato. Una mujer que venía con su hijo sintetizó: "Me desperté de golpe porque estaba casi dormida, y vi vidrios que volaban. El chofer tenía la orden de seguir porque podía ser más peligroso. La ventana continuó desgranándose".

En el evento no se registraron heridos, pero es otro mensaje de advertencia. Ocurrió lo mismo en menos de un mes. "Una señora estaba en ese asiento, pero solamente tenía vidrios en el pelo", ahondó la misma testigo del hecho.