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A mediados del mes de abril los internos de la jefatura local, representados por la defensa pública, hicieron llegar un pedido formal a través de un habeas corpus correctivo y colectivo. El cual se originó por una serie de inspecciones que dejaron intranquilos a los reclusos y decidieron pedir explicaciones a la jefa de unidad. Fue el comienzo de una historia que culminó con una apelación de la Fiscalía.

En el mismo se detallaban varios puntos. Como que la alimentación no era la adecuada, que faltan elementos de higiene -jabón sobre todo- y que el personal de seguridad no utilizaba barbijos en las custodias. Además se esgrimía escasez de agua en los módulos 3 y 4, así como también la nula comunicación con el exterior. Al mismo tiempo, se ponía en tela de juicio el protocolo al cual eran sometidos las personas que ingresaban a la unidad por riesgo a contagios de Covid-19.

La jueza, Mariel Minetti, le dio curso al pedido de habeas corpus y cada uno de estos puntos fueron debatidos en audiencias. De hecho, se modificó el régimen de alimentación y se corroboró la existencia de un sector de aislamiento para los internos que llegan a la alcaidía a cargo de una profesional médica.

El único foco de conflicto se generó en la comunicación con el exterior. Dado que la defensa solicitaba otra metodología de contacto ante la imposibilidad de recibir visitas. En resumidas cuentas, solicitaba el ingreso de teléfonos celulares. Emilce Chimenti, directora de la unidad, propuso la utilización de una línea inalámbrica para el llamado que hicieran los familiares. Lo que parecía cerrar el círculo. Sin embargo, Minetti avaló la implementación de dispositivos móviles.

En ese punto, Fiscalía interpuso recurso con efecto suspensivo el 27 de abril. Dado que considera que ese elemento no debería estar en manos de los internos. De esta manera, la medida será revisada por un juez de segunda instancia. 

Mientras tanto, en horas recientes circuló una fotografía de una supuesta carta escrita a mano por familiares de los presos. Quienes solicitarían nuevas medidas -entre las que no se menciona ni siquiera la comunicación con el exterior-, aunque ese pedido no fue formalizado. Incluso este lunes al mediodía, se produjo una revuelta en uno de los módulos que no pasó a mayores. Según pudo saber este medio, la misma estuvo asociada a detenidos que enfrentan causas federales.