La declaración de emergencia en 18 de los 19 departamentos de la provincia producto de las reiteradas lluvias evidencia la problemática que atraviesa el territorio santafesino. El sector agropecuario es el gran afectado por la situación, teniendo en cuenta que el tiempo jugó una mala pasada en pleno comienzo de la cosecha. La preocupación radica también en el deterioro que sufren los campos y las consecuencias que esto provoca.

En diálogo con Radio Casilda el ingeniero agrónomo José Andreani, del INTA Oliveros, ofreció un claro panorama de lo que sucede en la región y gran parte de la provincia. Explicó que los más de 15 días de lluvias “traen consecuencias muy perversas”, principalmente porque “impide al productor levantar la producción”.

El especialista celebró la declaración de emergencia del gobierno provincial “porque para algunos productores, principalmente los más chicos, la situación es muy grave. Si bien algunos han cosechado, hay muchos ni siquiera tienen perspectivas de poder hacerlo”.

La expectativa de rendimiento de la soja era buena pero las consecuencias climáticas provocaron un serio deterioro y ya se evidencian cuantiosas pérdidas. El exceso de humedad es una de las complicaciones que persisten porque las pocas horas de sol no alcanzan para orear los terrenos.

Por eso Andreani explicó que además de no poder levantar la cosecha, la otra problemática que trae aparejada el temporal es la de la infraestructura vial: “la necesidad de los productores de ingresar a los campos para sacar la producción hace que los caminos sufran un serio deterioro”.

Buscar levantar la cosecha con maquinaria pesada en un terreno blando provoca serios daños. La compactación del suelo generará complicaciones tanto para la campaña de invierno como para la próxima de verano. Y demandará un costo adicional para el productor que deberá reparar el deterioro.