POR EMMANUEL CANELLI*

Este martes conocimos por diferentes medios de comunicación el anuncio en off de que el Gobierno Nacional suspendería la actual Ley de Alquileres.

Hay que resaltar, primero, que debemos esperar la publicación del Boletín Oficial para corroborar la veracidad.  De concretarse la decisión, además de ser tomada de manera intempestiva e inconsulta, sería una irresponsabilidad para con las y los inquilinos, provocando un desconcierto total sobre las personas que alquilamos un techo para vivir.

La ley de Alquileres vino a poner blanco sobre negro un mercado completamente ilegal y desregulado, dándonos un marco legal, claro y preciso al tercio de nuestro país, la población que no tiene una vivienda propia, que sólo consigue un techo alquilándolo.

Siempre consideramos esta ley como un puntapié inicial y no como un lugar de llegada. El año pasado nos tocó defender lo conseguido ante una embestida del mercado inmobiliario, el día de hoy nos encuentra en el mismo lugar.

Con la ley se lograron varios ejes: la duración de los contratos pasó a ser de 3 años; el aumento es anual establecido por el BCRA (el cual viene posicionándose mes a mes un 10% por debajo de la inflación) y considera que el precio de los alquileres es el único que se mantiene estable por un año entero en nuestra economía nacional. Los impuestos pasan a estar a cargo del propietario; se exige solo un mes de depósito para ingresar y se debe devolver actualizado; las expensas extraordinarias están a cargo del propietario; se estableció un período de 90 para la negociación de las renovaciones.

Los problemas que atravesamos las personas que alquilamos tienen que ver más con lo que la ley no controla o no regula. A eso se le suma la baja de la oferta de inmuebles, provocada por la decisión de algunos propietarios de dejar vacías viviendas de nuestra ciudad. Se trata de una decisión que solo puede ser solo solventada por un sector acaudalado y especulador, a la sombra de un estado ausente que deja hacer, sin regular qué sucede con el espacio urbano ocupado por privados.

El último eje problemático es la crisis económica que existe en nuestro país, que se traduce en la imposibilidad que tenemos los inquilinos e inquilinas para pagar el alquiler y una canasta básica de alimentos con nuestros bajos ingresos mensuales.

Con las noticias de las últimas horas, esperamos que la solución de todo esto sea con las personas que alquilamos adentro de las viviendas y no sin un techo donde vivir.

* Presidente Asociación de Inquilinos de Rosario. Integrante del Movimiento de Inquilinos Nacional