La Confederación Argentina de la Mediana Empresa -CAME- envió la semana pasada una nota dirigida al ministro del Interior de la Nación, Eduardo de Pedro. En la misma se sugería que se considere la suspensión del feriado puente del próximo viernes 10 de julio, teniendo en cuenta la magra situación económica que atraviesa el sector y que hace apenas algunas semanas se busca reactivar el normal funcionamiento. Al menos en gran parte del país.

Lo concreto, a 48 horas de que llegue el comienzo del feriado, es que no hubo una respuesta al pedido de la CAME y todo seguiría su curso normal. Parece irónico que en el calendario se marque al próximo viernes como una jornada de feriado "con fines turísticos". Cuando esa es precisamente una de las actividades que está detenida casi por completo a nivel nacional. Salvo por escasas excepciones de turismo interior, como sucede en Tierra del Fuego.

"El propósito es el de allanar el camino a la dinamización comercial y productiva que el entramado pyme nacional demanda en esta difícil coyuntura. Sabiendo que la mediana empresa representa al sector generador de más del 70% del empleo nacional", relata el texto de la entidad empresarial. Por el momento, no hubo ningún gesto ni señal de quienes deberían dar la orden para esto se modifique.

De este modo, la semana se mantiene con dos jornadas de feriado en el horizonte. Lo que en el actual contexto económico representa un obstáculo más para los empresarios. Que en caso de querer abrir sus puertas en algunas de los dos días -o ambos- deberán abonar un extra a sus emplados según los prevé el artículo 166 de la Ley de Contrato de Trabajo.

EL TEXTO QUE ENVIÓ LA CAME