El 2 de febrero se celebra Día Mundial de los Humedales en conmemoración a la firma del Convenio que protege a los mismos, en Ramsar, Irán. Este convenio, firmado en 1971, es el primer tratado en el planeta relativo a la conservación y el uso racional de los humedales.

En Santa Fe tenemos tres de los 23 sitios Ramsar del país: Jaaukanigás, el Delta del Paraná y el Humedal Laguna de Melincué.

Por todo esto, el gobierno de la provincia se encuentra realizando un trabajo junto a la Fundación Hábitat y Desarrollo, en el estudio de la ampliación del Parque Nacional Islas de Santa Fe, que actualmente cuenta con 4096 hectáreas. La ampliación que se pretende es una zona que dispone de 160.000 hectáreas en el área del delta e islas, entre la capital provincial y la ciudad de Rosario. Está ecoregión del río Paraná constituye la reserva de agua dulce más importante de nuestro país y es un área de vital importancia para la cría y reproducción de especies ícticas de alto valor comercial.

“El Delta del Paraná es un humedal de importancia internacional, un ecosistema imprescindible para la salud y el desarrollo de las comunidades costeras, trabajamos en una propuesta que incluye indefectiblemente a los isleños en este proceso de construcción y crecimiento”, resaltó la ministra de Ambiente y Cambio Climático, Erika Gonnet. 

Desde principio del siglo XX se perdió el 64% de los ecosistemas de humedales a nivel mundial, principalmente por la transformación del uso del suelo (ganadería, agricultura, industria, minería, urbanizaciones, infraestructuras e importación de modelos productivos de ecosistemas terrestres), el cambio climático (incendios, sequías, etc.), entre otros. En Argentina representan el 22% del territorio nacional.

Alejandro Grandinetti, secretario de Turismo provincial, expresó que “Junto al Ministerio de Ambiente estamos trabajando en la puesta en valor de los territorios insulares bajo jurisdicción de la provincia de Santa Fe, en primer lugar, con la ampliación de áreas protegidas, y en segundo lugar a partir de una explotación turística sustentable y ecoresponsable”.

Estas estrategias buscan la preservación de la biodiversidad, la revalorización de la cultura e identidad local, la diversificación productiva sostenible, la generación de empleo local y el fortalecimiento de la gobernanza territorial en las islas del Delta y en las localidades ribereñas.