Durante la última semana, el mundo del deporte y la sociedad argentina en general se encontraron conmocionadas por las muertes del jugador de Godoy Cruz,  Santiago García y del jugador de rugby, Alan Calabrese.  Ambos jóvenes decidieron quitarse la vida.

Para hablar de esto, El equipo de la mañana de Radio Casilda se comunicó telefónicamente con la psicóloga María Luján Romero.

“Nosotros tenemos conocimientos muy específicos, muy clínicos y tenemos que tomar el resguardo de cómo compartir esto, de pensar en cómo la comunidad va a tomarlo”, comenzó.

Ya introduciéndose en el tema dijo que “nosotros vivimos en una cultura en donde todo tiene que ver con los discursos de autoayuda, con las frases motivacionales, con una sensación interna de que solo se puede vivir si uno es feliz y que no hay lugar para el fracaso”.

Luego, explicó que la depresión, que tiene que ver con un padecimiento de la salud mental, no es una tristeza, ni algo pasajero, ni un estado de ánimo.

“Entiendo la buena predisposición, pero cuando uno está en relación con alguien que tiene un padecimiento de estas características, la recomendación, la sugerencia, no alcanza. Es importante acompañar en la toma de decisiones de las personas”, remarcó. “Si no es muy culpabilizante, es generador de no encontrar otro camino”.

Además, hizo hincapié en que al encontrarse frente a estas situaciones que tienen que ver con los padecimientos es importante entender que no es “ni la sobreimplicación, ni la desimplicación, es la implicancia, el preguntar, acompañar”.

“También es importante abordarlo con profesionales, la depresión no siempre termina en suicidio, estos son casos extremos. La angustia es parte de lo psicológico, pero en nuestra cultura no se le da lugar”, sostuvo.

El deporte y la psicología

“El deporte está atravesado por esta cuestión cultural del rendimiento. Todo el tiempo se está transformando en una competitividad y una exigencia en donde los rasgos humanos se van perdiendo”, manifestó. “El entorno no es el motivo pero a veces genera y no contiene. No genera esa empatía, esa contención necesaria para poder elaborar esos momentos de angustia que son necesarios de la vida de toda persona, no es patológico. No es un trastorno estar angustiado o triste”.

Auto exigencia

“Hay situaciones individuales que uno revisa en su propia historia y otras del entorno. Querer estar con personas o querer mejorar no es malo, pero la frustración frente a algo que no sale sí puede ser generadora de un padecimiento”, detalló.

"Si uno está atravesando un momento de angustia porque la realidad conecta con algo muy inconsciente que le ha generado una situación difícil es importante que no inhiban la voluntad, que puedan levantarse a la mañana, que igual insistan, que tengan ganas pero no tomarlo como que si eso no se da uno no sirve, no es nada" explicó.

“El suicidio llega cuando uno se siente nada, cuando se siente nada en la vida, cuando se siente que no hay sentido, que no vale nada para los otros” – expresó -  “Por eso hay que estar atentos, como hermanos, como vecinos, como amigos, como tíos, ver si alguien está atravesando una situación así.  Hay que saber acompañar sin invadir, sin culpabilizar”.

Al ser consultada sobre lugares a los cuales acudir frente a una situación personal o de terceros, explicó que acá no hay espacios de urgencia, pero ante una situación extrema uno puede llamar a bomberos o a la parte de salud pública que es el Hospital San Carlos.

Finalizando la charla, advirtió que “hay que tener mucho cuidado con lo que se dice sobre este tema porque a veces es reproductor. A veces se produce un efecto boomerang y cuando uno da un mensaje muy preciso genera  a veces lo contrario. Los medios tienen una función principal”.